Cinco años de una concesión de donaciones participativa en el Fondo Paraguas Rojo
Por Jurre Anema
Durante el último medio año he tenido el honor de escribir mi tesis en la oficina del Fondo Paraguas Rojo de Ámsterdam. Tras conocer el movimiento internacional de activistas por los derechos de l*s trabajador*s sexuales, tuve la oportunidad de hablar con algunas de las personas excepcionales que influyen de manera decisiva en su movimiento a nivel local, regional o mundial. Mi objetivo era analizar cómo se ha organizado y vivido la participación de l*s trabajador*s sexuales en el Fondo Paraguas Rojo. Paralelamente a la celebración de su quinto aniversario, el Fondo Paraguas Rojo está aprovechando el momento para reflexionar sobre su experiencia y documentarla a fin de mejorar todavía más su trabajo en el futuro.
Procesos participativos
“Siempre pensé que el Fondo Paraguas Rojo es lo que el mundo necesita; realmente me encanta la idea de cambiar el poder de sitio”.
Abundan los estudios académicos sobre la participación que describen los diferentes niveles y cualidades de los procesos de participación. Tras analizar los procesos del Fondo Paraguas Rojo, no queda duda de que se trata de una organización altamente participativa, que funciona en los más altos niveles de todos los modelos participativos. La participación es uno de los principios básicos del Fondo y la base en la que se sustentan todos los procesos, las iniciativas y las decisiones de importancia. El Fondo Paraguas Rojo ha concedido más de un centenar de donaciones a grupos liderados por trabajador*s sexuales y ha implicado directamente a más de 40 trabajador*s sexuales de diferentes regiones en sus estructuras de toma de decisiones.
Tiempo para la reflexión
El Fondo Paraguas Rojo se creó en 2012 y ahora, cinco años después de sus primeras donaciones, ha llegado el momento de compartir algunas de las dificultades y reflexiones que me han confiado personas que han participado en diferentes procesos de toma de decisiones del Fondo. Muchas de las dificultades a las que se enfrentan el Fondo Paraguas Rojo y sus participantes no son fáciles de superar; son consustanciales al trabajo de un movimiento mundial y diverso y una organización participativa.
Obstáculos que hay que derribar
Partiendo de las entrevistas que realicé a las personas implicadas en el Fondo Paraguas Rojo extraigo cinco dificultades principales para la participación a las que hace frente el Fondo Paraguas Rojo: barreras lingüísticas; la distancia; conocimientos y experiencia; seguridad; y limitaciones de recursos.
- Superar las barreras lingüísticas
Las personas encuestadas en mi estudio identifican el idioma como uno de los principales obstáculos. El grupo de examen entre iguales del Fondo Paraguas Rojo, el PAC, trabaja íntegramente en inglés. El Comité Planificador Internacional (ISC), que básicamente es la junta, actualmente trabaja en tres idiomas (que de momento son el inglés, el ruso y el español) lo que ya de por sí es todo un mérito. Sin embargo, si alguien no habla ninguno de estos idiomas simplemente no hay posibilidad de participar en los procesos de toma de decisiones internos del Fondo Paraguas Rojo por el momento. Esta situación excluye a la mayoría del movimiento mundial de trabajador*s sexuales.
Y de entre las personas que sí participan las que son nativas inglesas tienen una ventaja evidente. No necesitan intérpretes que traduzcan las conversaciones y, en consecuencia, a menudo reaccionan y articulan sus intervenciones más fácilmente en comparación con las personas que no son nativas. No obstante, las personas del ISC que no hablan inglés son tenidas en cuenta, ya que se les facilitan documentos traducidos y en todas las reuniones en línea y presenciales se cuenta con la colaboración de intérpretes. Es más, tanto en las reuniones del ISC como en las del PAC las personas que intervienen son conscientes de los diferentes niveles de competencia del inglés e intentan articular claramente y no hablar deprisa. De esta manera, las personas que realmente pueden participar tienen la oportunidad de implicarse plenamente en los debates.
- Superar la distancia geográfica
Puesto que el Fondo Paraguas Rojo trabaja a escala mundial pero únicamente tiene una pequeña oficina en Ámsterdam, la mayoría de comunicaciones se llevan a cabo en línea a través de Skype, teléfono y correo electrónico. Las reuniones en línea requieren contar con la tecnología adecuada y son difíciles de planificar cuando la diferencia horaria entre las personas participantes puede ser de 10 horas o incluso más. Por otro lado, se reconoce que no todos los grupos y l*s activistas por los derechos de l*s trabajador*s sexuales tienen la misma presencia en línea, o que no pueden participar de forma segura en Internet en calidad de trabajador*s sexuales y defensor*s de los derechos humanos. Por regla general, una vez al año y siempre que los recursos lo permitan, se organiza una reunión presencial. Estas reuniones brindan oportunidades inestimables de generar confianza y potenciar el entendimiento así como de realizar debates más profundos y compartir tiempo útil. Pese a ello, son relativamente costosas y exigen mucho tiempo a las personas que participan. Además, las restricciones de visado han dificultado que el Fondo pueda reunir a tod*s l*s participantes en este tipo de reuniones presenciales.
- Reconocer y potenciar los conocimientos y la experiencia
Para participar en los procesos del Fondo Paraguas Rojo no es necesario tener un gran bagaje educativo ni experiencia en la concesión de donaciones. Sin embargo, la experiencia como activista y el conocimiento de los movimientos, también a nivel local, es muy relevante y se valora en gran medida. Cabe señalar que puede ser útil tener experiencia como integrante de una junta, en la planificación estratégica o en la elaboración de presupuestos anuales.
“Las ONG internacionales siempre ponen impedimentos para que l*s trabajador*s sexuales puedan hacer peticiones. Eso no pasa con el Fondo Paraguas Rojo. No te piden licenciaturas, no te piden bachilleratos, solo piden personas de la comunidad que hagan aportaciones con sentido común”.
Pese a todo, la falta de conocimientos y experiencia relevantes son percibidas como obstáculos por l*s (posibles) participantes. Es posible que las personas con poca o ninguna experiencia en redes o procesos regionales o mundiales no se sientan con confianza para presentarse al ISC o al PAC. Esto tiene su razón de ser debido a que la toma de decisiones estratégica a nivel mundial puede ser difícil, como bien saben l*s activistas con experiencia en el movimiento mundial. Sin embargo, se puede aprender mucho mediante la participación en los comités del Fondo Paraguas Rojo. Las personas encuestadas en mi estudio afirmaron haber adquirido muchos conocimientos y desarrollado nuevas habilidades como participantes en los procesos de toma de decisiones del Fondo.
- Preocupaciones sobre la seguridad
Los riesgos de seguridad que sufren much*s trabajador*s sexuales también afectan a sus oportunidades de participar en los procesos del Fondo Paraguas Rojo. Puesto que en muchos lugares el trabajo sexual está penalizado y criminalizado y los índices de estigma y discriminación son altos, no tod*s l*s activistas por los derechos de l*s trabajador*s sexuales quieren o pueden hacerse visibles como trabajador*s sexuales. De hecho, a algun*s ni siquiera se les puede identificar como tales. Esta circunstancia puede ser un impedimento en futuras oportunidades de trabajo si desean cambiar de orientación profesional. En algunos países, a l*s hij*s de l*s trabajador*s sexuales se les niega el acceso a la escuela. L*s trabajador*s sexuales migrantes, en especial l*s migrantes sin papeles, pueden preferir pasar desapercibid*s tanto como sea posible. Si bien el Fondo Paraguas Rojo respeta las diversas realidades de l*s trabajador*s sexuales y comprende que no todas las personas pueden identificarse siempre públicamente como trabajador* sexual, esto puede suponer una dificultad adicional para la participación de algun*s activistas.
- Limitaciones de recursos
Algunos de los obstáculos identificados anteriormente se pueden solucionar en función de los recursos de los que disponga el Fondo Paraguas Rojo para solventarlos. Existen medios para aumentar la accesibilidad. Por ejemplo, es posible añadir un idioma más al ISC, pero esto incrementaría los costos y complicaría todavía más los procesos internos. En palabras de una de las personas entrevistadas: “En cada ocasión la decisión del ISC deberá encontrar un equilibrio sobre cuánto dinero es justo gastar para que un proceso sea más accesible, o más participativo, o más inclusivo”.
La accesibilidad (es decir, mitigar o derribar los obstáculos) se convierte en un delicado ejercicio de equilibrio entre facilitar que haya la mayor cantidad de participantes divers*s posible y, al mismo tiempo, procurar que la organización siga siendo operativa. Este es un dilema bien conocido en las iniciativas participativas. Y es especialmente cierto en el caso del Fondo Paraguas Rojo, que se propone asignar como mínimo un 70 % de su presupuesto anual directamente a donaciones. Esto significa que los gastos generales y de otro tipo tienen que seguir siendo bajos.
“Creo que el Fondo Paraguas Rojo hace todo lo posible con los recursos que tiene, todo lo que puede”.
Inclusividad
Los diferentes obstáculos descritos en este blog son una pequeña selección de categorías generales y no reflejan debidamente todas las distintas dificultades y los problemas a los que se enfrentan l*s trabajador*s sexuales que quieren participar en los procesos del Fondo Paraguas Rojo. Un obstáculo no mencionado hasta ahora es la limitación de espacios disponibles para que la gente participe. Un gran número de personas muy relevantes y cualificadas han solicitado unirse a los comités del Fondo Paraguas Rojo varias veces pero nunca han sido seleccionadas con este fin, lo que puede ser también muy frustrante y desmotivador.
La diversidad en el seno del movimiento mundial conlleva una situación única para cada un* de l*s activistas en concreto. No obstante, y tal como apuntó una de las personas entrevistadas del ISC:
“[En el Fondo Paraguas Rojo] existe una gran concienciación de que debe haber una diversidad de trabajador*s sexuales y también se es muy consciente de que hay que intentar ser inclusiv*s, y prestar atención a l*s trabajador*s sexuales a l*s que no se incluye normalmente, o a aquell*s cuya voz no se escucha tanto”.
En general, las personas que han participado en la organización defienden firmemente su trabajo y sus procesos. ¡Por cinco años más!
[fruitful_sep]
Jurre Anema estudia sociología en la Vrije Universiteit de Ámsterdam. Como parte de su tesis de máster ha llevado a cabo una investigación sobre los procesos participativos en el Fondo Paraguas Rojo. Si tiene interés en este estudio y desea recibir más información o una copia de su tesis, por favor póngase en contacto con el Fondo Paraguas Rojo escribiendo a la dirección info [arroba] Redumbrellafund [punto] org.